Fundador y primer cabeza de grupo de los Castellers de Vilafranca. Él sembró la semilla y la transmitió a quienes le acompañaron en la primera salida, en Sant Cugat Sesgarrigues, el 14 de septiembre de 1948. Antes había colaborado como casteller con los Xiquets de Valls y los Nens del Vendrell. Bajo su guía, se consiguieron los primeros castells de sed. Antes de que el grupo fuera legalizado oficialmente era considerado como el presidente honorario de la junta y siempre veló por su buen funcionamiento. Impulsó la creación del Patronato de Castells y patrocinó los premios “Fuerza, equilibrio, valor y sensatez” de periodismo casteller.
Con una buena formación autodidacta, al sustituir al fundador, le tocó hacer frente a algunas situaciones conflictivas, derivadas de lo que él llamaba «la guerra de los enxanetes». Sin embargo, pudo dirigir los primeros cuatros de siete con la aguja en medio, el máximo hito de los Castellers de Vilafranca en los años que lucieron el color rosado en la camisa. A finales de 1955, cuando fue a vivir a Barcelona, el grupo permaneció temporalmente disuelto, pero tanto él como sus hijos continuaron vinculados a él durante unos años.
Fue el voluntarioso cabeza de grupo de la reanudación –con camisas de color verde que sustituyeron a las de color rosado–, con una temprana salida a Manresa, el 5 de mayo de 1957, después de más de un año de inactividad de los Castellers de Villafranca. Durante su mandato, el consistorio vilafranquino se constituyó en un firme valedor del grupo, lo que facilitó su reorganización. Bajo su dirección se pudieron mantener los castells de siete de la época inicial.
En su primera etapa como jefe de grupo consolidó los castells de siete y, con su talante abierto y dialogante, propició la entrada de nuevos miembros. Años después, volvió a coger el timón, en un largo mandato que se prolongaría hasta dos décadas, en las que se dio el paso decisivo de los castells de ocho hacia los primeros castells de nuevo, proceso que culminó en un memorable día de Todos Sants de 1990, en la que, por primera vez en el siglo XX, un grupo descargaba dos castells de nueve forrados, el tres y el cuatro, en una misma actuación. Con espíritu democrático, supo «repartir juego» entre los que le acompañaron en las diversas juntas, en una época en que los Castellers de Vilafranca disfrutaron de una mayor proyección internacional y en la que éstos recibieron la Medalla de la Villa, de parte del Consistorio vilafranquino, y la Cruz de San Jorge de la Generalidad de Cataluña. Un elemento clave para entender el crecimiento posterior del grupo fue la adquisición de Cal Figarot, en 1983, nuestro local social.
Ya había conducido a los Castellers de Vilafranca en la única actuación que tuvo lugar en 1956, por Sant Raimon, y que fue la última con las camisas de color rosado. Pasados unos años, se avenió a comandarlos de nuevo, por espacio de una única temporada, la de 1963, año que coincidió con la inauguración, en nuestra casa, del monumento a los Castellers, el primero que se levantaba en el nuestro país. Muy comprometido con el entorno casteller, apacible y cercano, su personalidad castellera hizo que se considerase, junto al fundador, como uno de los «padres» del grupo.
Menà –y mandó– los Castellers de Vilafranca en dos etapas y con mucha dedicación y fuerza de voluntad por su parte. En la primera, después de que en 1965 se reconociera a la pandilla el derecho de actuar por Sant Fèlix en la plaza de la Vila, fue sumando algunos triunfos hasta conseguir situarla al nivel de las de ocho pisos, con el primer cuatro de ocho cargado. Mucho más provechoso se convirtió en el último año que estuvo en el frente, en el que los verds, en una temporada espectacular, consiguieron descargar otros castells de ocho de superior entidad.
Carismático y con grandes dotes de liderazgo, dignificó aún más el papel del grupo ante todo el mundo casteller y fue añadiendo nuevos éxitos a su palmarés, con el estreno de algunos castells de ocho y una particular dedicación hacia los pilares de más altura. Bajo su tutela, se dio un gran impulso a las celebraciones de las fiestas del grupo y éste llevó a cabo, además, las primeras salidas del país o, al menos, más allá de la frontera estatal, en la Cataluña del Norte y en París. El punto álgido en su trayectoria lo constituyó la primera victoria en un Concurso de Tarragona, el de 1972, que catapultó a los Castellers de Vilafranca hacia los puestos líderes de la castellística moderna.
Fue el primer casteller de los que «bajan de arriba» a convertirse en cabeza de grupo de los Castellers de Vilafranca. Con experiencia y un entusiasmo desbordante, no exento de sensatez pero abonado también con un punto de arrebato, y al abrigo de un inusitado dominio pilanero, situó al grupo en el cenit del mundo casteller, con la recuperación de castells olvidados e introduciendo nuevas construcciones. Bajo su mando se consiguió descargar sucesivamente, entre otros castells, la torre de nueve con forro y esposas, el cuatro de nueve con forro y la aguja, el pilar de ocho con forro y esposas y el cinco de nueve con forro, además de cargar la torre de ocho y cuatro de nueve. El 15 de noviembre de 1998 se rompió el techo casteller al coronar el primer tres de diez con forro y esposas de la historia. Las victorias en tres concursos tarraconenses –1996, 1998 y 2002– acabaron de adornar una trayectoria que se dignificó aún más con la insólita hazaña del 31 de agosto de 2001, cuando los verds descargaron al mismo tiempo los tres y cuatro nueve forrados.
El difícil reto de superar la tongada de éxitos alcanzados en las etapas anteriores fue asumido con decisión y competencia por lo que ha sido otro de los buenos castellers del tronco en dirigir el grupo. Bajo su maestría, las victorias en los concursos de Tarragona de los años 2004 y 2006 se afianzaron con dos actuaciones que, hasta entonces, eran consideradas las mejores del historial casteller global. La primera, por Sant Fèlix del 2005, con el cuatro de nueve con forro y la aguja, la torre de nueve con forro cargada –por primera vez en la historia–, el tres de diez con forro y esposas cargado y el pilar de ocho con forro y esposas, también cargado. Y la segunda, por Tots Sants del 2006, con todos los castells descargados: cuatro de nueve con forro y la aguja, cinco de nueve con forro, torre de nueve con forro y esposas y pilar de ocho con forro y esposas.
Otro cabeza de grupo casi irrepetible, con un carisma contrastado y una fe sin límites que le permitieron continuar el engranaje de éxitos de sus predecesores, concretados en otras dos victorias en Tarragona –2008 y 2010– y nuevas consecuciones castelleras, como por ejemplo el tres de nueve con forro y la aguja y la torre de ocho, descargada ésta en tres ocasiones consecutivas. En el día de Todos los Santos de 2010 se superó la mejor actuación constituida por cuatro castells de gama extra: cuatro de nueve con forro y la aguja, torre de ocho, tres de nueve con forro y la aguja y pilar de ocho con forro y esposas. En la temporada de 2011 se consiguió hacer la aleta a todos los máximos castells de la era moderna levantados hasta entonces y, por Tots Sants, se volvieron a cargar, en un mismo día, el tres de diez con forro y esposas y la torre de nuevo con forro. En este período el grupo viajó a Chile (2008) e India (2011), donde fue plantado, en la ciudad de Thane, el tres de nueve con forro.
Una mezcla de juventud y de veteranía, y el hecho de haber formado parte del tronco de los castells de nuevo, desde el pomo arriba, marcaron su trayecto al frente del grupo, que será recordado como el que puso fin a dos retos pendientes: los de completar el cuatro de nueve y el tres de diez con forro y esposas. Con un par más de victorias en el concurso –2012 y 2014–, de las grandes actuaciones de su mandato, cabe destacar dos: el histórico San Félix del 2013 –cuatro de nueve con forro y la aguja, tres de diez con forro y esposas, cuatro de nueve y pilar de ocho con forro y esposas, todos completados– y el día de Todos los Santos del 2015, que superó el difícil reto de mejorar la actuación anterior: tres de nueve con forro y la aguja, torre de ocho, tres de diez forrado y esposado y pilar de ocho con forro y esposas, todos descargados. Por Tots Sants del 2012 ya se había descargado el primer set de nuevo con forro de todos los tiempos, el mismo día que se coronó la tercera torre de nuevo con forro vilafranquina. De este ciclo también datan los primeros nueve de ocho con un solo enxaneta, así como la exitosa campaña del 2013, cuando los Castellers de Vilafranca sólo registraron una sola caída en toda la temporada. También mantuvieron una gran proyección internacional, viajando hasta Nueva York (2012) y Shanghái (2015), donde descargaron otro tres de nuevo forrado.
A pesar de haber nacido lejos del Penedès, los castells lo cautivaron desde pequeño e incluso impulsó un grupo en el colegio donde estudiaba. Se integró en los Verdes en 1989 y ha formado parte de los troncos de nuestros mejores castells. Como jefe de grupo procuró acentuar el compromiso casteller de todos y cada uno de sus miembros y bajo su guía -en un año de máxima excelencia castellera global y en el que hicimos la aleta a 37 castells de gama extra - se ganó el concurso de Tarragona del 2016, cargando y descargando el primer cuatro de diez con forro y esposas de nuestra historia, además del tres de diez, también esposado. Unos meses antes, sumábamos el tres de ocho levantado por debajo de nuestro palmarés. Durante su mandato coronamos 112 castells de máxima dificultad y en 2017 repetimos en dos ocasiones la actuación del primero de noviembre de 2015. El tres de diez con forro y esposas se convirtió en el buque insignia, dado que fue completado en catorce ocasiones , la última por Todos los Santos de 2019, acompañado del cuatro de nueve y cuando se consiguió volver a descargar cuatro castells de la gama más alta. Pocos días antes, como muestra de la buena labor de promoción llevada a cabo, habíamos añadido el primer diez de ocho a nuestro historial, unas semanas después de haber viajado otra vez a EEUU para actuar en San Francisco y en otras ciudades de California.
Desde el Baix Camp y por razones profesionales familiares, llegó de pequeño a Vilafranca, donde, desde los cuatro años siempre ha estado vinculado a los Falcons ya los castells. En 2000 se puso la camisa verde. A las pocas semanas de haber sido elegido cabeza de grupo, tuvo que hacer frente a la pandemia de la Covid-19, que paralizó el mundo casteller durante un año y medio. Sin embargo, bajo su guía, con un espíritu de unión, de trabajo en equipo y del todo combativo, lideró la reanudación castellera y el grupo recuperó un buen número de los máximos castells, incluso el tres de diez con forro y esposas y el set de nuevo con forro. Además, con un gran trabajo de ingeniería castellera del equipo técnico, y gracias a la implicación de todo el grupo, se innovó con el inédito e histórico pilar de nuevo con forro, esposas y puntales y el nuevo de nuevo con forro, ambos cargados en las Diadas de Todos los Santos de los años 2022 y 2023, respectivamente. Además, el grupo repitió la proeza (lograda ya en el 2001) de descargar simultáneamente el tres y el cuatro de nueve forrados, el 29 de agosto del 2023, mientras que en el 2022 se había anotado, por decimotercera vez, la victoria en el concurso bienal de Tarragona. Cabe destacar también que bajo su mandato, los Verdes actuaron, por segunda vez, en Portugal y, por primera vez, en México.